El 7 de Octubre el Fondo de empleados de Caprecom conmemoró el dia del Ahorro invitando a sus afiliados a un paseo a Pisilago, Melgar.
Ese dia la salida fue bastante temprano. Hay que reconocer el poder de convocatoria que tiene el Fondo. Sino me equivoco se emplearon como 8 buses de turismo de los grandes. Todos repletos de afiliados con sus familiares.
En los buses todo era fiesta y buen ambiente. Todo pintaba para un dia de integración. Me encontré con una colega, auditora por cierto y charlamos efusivamente. Aprovechamos el viaje para hacer una especie de exorcismo mental, despotricando sobre la medicina actual.
Bien llegamos al Pisilago y en un santiamén la gente se perdió, se dispersaron por todas partes. Había paseos de diferente procedencia. Coincidencialmente estaba también el grupo del Hospital de Facatativa; por un momento estuve confundido, no sabía si estaba con los de Faca o con los de Caprecom.
La gente brotaba a borbotones, atorando descomunalmente el ingreso al lugar. Llegaban grupos de paseos, todos con sus respectivos combos. El sitio, no lo conocía, me pareció interesante, bonito pero muy atiborrado de gente.
Es un conjunto de piscinas , toboganes y restaurantes en unas lomas donde pega el sol abrasador casi calcinante; dispone además de diferentes ambientes con sus restaurantes donde se reparte un menú standard sin mayores opciones. Hay tambien un zoologico donde se pueden apreciar algunas especies de animales salvajes, muy apropiado para los niños.
Además el parque dispone de un servicio de trenes que permite el desplazamiento entre los diferente sitios del parque.
Personalmente quedé con los crespos hechos, ya que aspiraba a un momento de mayor integración con mis viejos compañeros de trabajo. Mis colegas. Pero no, brillaron por su ausencia y la modalidad de organización no permitía mayor integración. Sálvese quien pueda, cada cual cogió por su lado.
Sin embargo tuve la oportunidad de departir con algunos amigos de mi viejo Caprecom y con mis nuevos compañeros de Facatativa, ambos grupos de mis afectos.
Al final de la tarde los buses salian a medida que se iban llenando y al filo de las 5 de la tarde regresamos sin mayores contratiempos a Bogotá; de nuevo para cerrar con broche de oro el dia, mi colega auditora gentilmente me acercó a mi casa en su carro particular. Rematamos la charla del dia con los pormenores del paseo. Que dia de sauna !
